Quizás los creativos del LikeArchitects estaban pensando en esa luz al final del túnel, esa que cuesta tanto ver cuando crees que todo está perdido, cuando la oscuridad, el mal rollo y las circunstancias han hecho que tus ojos se malacostumbren a no ver. Esa luz que al principio resulta molesta, pero si consigues mantener los ojos abiertos, si haces un esfuerzo, acabas descubriendo lo mejor de su resplandor.
Quizás pensasen en esas pequeñas luces que algunos empezamos a ver, o en las que otros no consiguen ver aun. O quizás no.
Pensasen en lo que pensasen, me encanta la instalación que montaron para IKEA en Lisboa, 1200 lámparas LEDARE suspendidas en la entrada de la tienda, flotando ante los ojos de todos, los ojos de aquellos que ven esa luz al final del túnel, pero también de los que necesitaban un poco de luz en la oscuridad.
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