Fría y dulce Navidad

De vuelta desde kangurolandia llevo una semana y media de encuentro con el invierno, la familia, los amigos y la Navidad. Han sido diez días llenos de abrazos, lloros, risas, comilonas, más abrazos y más risas. Y el frío no ha sido un punto negativo, porque esa Navidad calurosa en las playas australianas no parecía Navidad, molaba, pero no era Navidad.

Así que aquí estoy de vuelta, encontrándome de golpe con todo lo que conlleva la vuelta, con lo bueno y con lo malo, con el cariño y la emoción de quien me quiere y me ha echado de menos, y con las caras largas y los aires de depresión y pesimismo que en estos tiempos son inevitables por estos lares.

Pero yo vengo muy positiva, con energías renovadas y más ganas que nunca de hacer lo que amo, de vivir como quiero y ser feliz, ahora si, más cerca de la gente que me hace serlo solo con su presencia.

En estos días me divido entre seguir currando sin parar y disfrutar de la gente, así que tengo poco tiempo para actualizar el blog. Por si acaso no nos vemos en unos días, os deseo ya una fría (porque fría tiene que ser) y dulce Navidad. Y por supuesto, que seáis muy felices y todo vaya mejor en el 2013!