Cuando me parece que ya lo he visto todo, llega algún artista aun más creativo, como
Scott Gundersen y me deja alucinada con sus retratos compuestos por tapones de corcho. Y a mi me encanta que la
creatividad infinita de las personas nunca deje de sorprenderme. Sus obras son una evolución del
puntillismo de Seurat y Signac, una vuelta más de tuerca a una técnica pictórica en la que parecía estar ya todo inventado.
Lo mejor de estos artistas es verlos trabajar, así que no os perdáis el
video del final de este post en el que vemos a Scott realizando una de sus últimas creaciones, Trisha, utilizando
3621 tapones de corcho y 6134 clavos.
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