Se trata de una playa enorme con un litoral de casitas pequeñas encaramadas hacia la costa y hacia los pequeños acantilados en las dos puntas. Un paisaje que me recordaba un poco (quizás por los surferos y las nubes grisáceas) a nuestras playas del norte de España.
Un skate park en medio de la gran ladera verde que separa la arena del asfalto. En él, un montón de niños que hacían virguerias con monopatines, patinetes y hasta bicis. Y un perro surfero corriendo entre ellos.
Desde la parte sur de Bondi comienza un paseo que recorre todo el litoral y te regala una excursión de más de una hora descubriendo una playas estupendas. Y en estas playas descubrimos también sorprendidos que aquí casi cada una de ellas tiene su propia piscina natural, ¡de acceso gratuito!
¡¡Una gozada!!
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