El tiempo ha volado, y parece que fue ayer cuando nos empezamos a plantear entre risas (hace ya mas de un año) la idea de viajar a Australia, en busca de aventuras, nuevas experiencias, y sobre todo, oportunidades que en Italia y España no conseguíamos encontrar. Y sin embargo aquí estamos, comenzando nuestro gran viaje, nuestra inmensa aventura.
Ayer salimos de Elda, en coche hasta Valencia con los papis que nos llevaron a cenar a un sitio estupendo. Una fantástica cena de despedida en el Restaurante "Vuelve Carolina" de Quique Dacosta. Y entre cubalibres de foie, mejillones tigre deconstruídos y otras delicias, me despedí dos de las personas más importantes de mi vida (a la tercera ya la había dejado el domingo en Altea).
Un último achuchón bien fuerte, que la sensación del abrazo dure todo un año.
Y allí nos quedamos, en el hotel Travelodge del Aeropuerto de Valencia, del que hemos salido esta mañana cuando aun era de noche para coger nuestro vuelo a Roma.
Y al aterrizar en la ciudad eterna, recorriendo sus caóticas calles hasta llegar al barrio de San Lorenzo, he tenido una sensación muy extraña, ya que mi viaje ha empezado, pero en parte, para dos días, he vuelto a casa.
2 comentarios:
Mi niña ya se ha ido. Y con ese último abrazo "apretao" mi corazón ha recibido un mordisco de campeonato. Quiero que lo pase muy bien; que la experiencia le sea enriquecedora. Deseo con toda mi alma que sus objetivos se vean cumplidos, porque creo que ella lo merece. Pero también quiero que el tiempo pase muy, muy deprisa. Aunque mi "viaje" se consuma mas rápido de lo que cabría desear a mi edad. Porque necesito el bálsamo del regreso para curar mi corazón herido.
Un besazo y otro achuchón apretao, que deje huella.
Gracias por acompañarme y apoyarme! Y gracias por ese achuchón!
Será una aventura y os tendré cerca, con muchos achuchones informáticos que harán que los kilómetros parezcan centímetros.
Mil besazos!
Publicar un comentario