Recorrer Roma en moto es una de las cosas que más me gusta hacer. Disfrutar de cada rincón, descubrir nuevas zonas, perdernos por barrios residenciales que no salen en ninguna guía turística. Parar en una plaza porque parece que en ese quiosco hacen buenos granizados de frutas. Entrar por las callejuelas del centro sin hacer caso a las prohibiciones de los coches. Adelantar a todo en el tráfico, ver las caras de envidia de los conductores que te miran aburridos desde dentro de su cómodo coche con aire acondicionado. Subir a los miradores de las colinas: el Giannicolo, il giardino degli Aranci, ...
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